miércoles, 25 de marzo de 2020

Otra vez...

Pensé que no pasaría, que esto no me sucedería, imaginé que lo controlaría, pero no, no fue así, me ganó el deseo de estar entre tus brazos, me ganaron las ganas de volverte a sentir cerca de mi.
El calor de tu cuerpo me sigue abrazando, y hace que mi corazón y la realidad se detengan, que el mundo desaparezca y que solo estemos tu y yo sintiéndonos totalmente.
Contigo siento esa necesidad de dar amor, dejando el deseo y lo carnal en segundo plano, por que la conexión entre los dos me llena de una manera que no puedo explicar.
Algunos dicen que es amor, otros sólo una aventura, pero para mí es lo más divino, podría estar así, contigo, por horas, días, una vida infinita.
Se exactamente lo que siento por ti, pero no puedo decirlo...Solo puedo decirte que es un placer inexplicable, que me llena de vida cada que puedo estar contigo al cien.
Creí que podría controlarme, pero me deje llevar, deje que te dieras cuenta de lo que sigo sintiendo por ti, dejé que como hace una década tocaras mi cuerpo de una forma especial en la que tocas también mi alma.
Quise controlarme y falle, pero no me arrepiento del calor que aún siento y de esa emoción que llena mi corazón.
Quiero tocarte de nuevo, sentir como tu cuerpo envuelve el mío, mirar tus ojos al natural y reír juntos. Quiero tomar tu mano de nuevo, mirarte mientras sonrió por el placer de estar juntos. 
Regalame un día más a tu lado, llename de vida otra vez, hazme sentir que solo nosotros dos estamos viviendo en el mundo, que podemos controlar la velocidad del día para que cada parpadeo dure horas y así poder disfrutarte mucho más.
Gracias por ser tú y dejarme ser yo a tu lado.

Conmigo siempre 💚

El ayer - Fernando Quintana

Todo comenzó un 4 de mayo, hace un año exactamente, coincidimos en el mismo lugar, y al charlar, fuiste divertido, único, especial y hubo una chispa en ti que me llamo tanto la atención que hasta tuve que detener mi trabajo.  Tus gustos, tu forma de ser, tu cuerpo, tu sonrisa, todo me gustaba de ti.  Después de un par de días, eras lo único que podía pensar. Comenzamos una relación que, por suerte o desgracia no duro tanto, pero mientras duro, fue linda.  Como todo en la vida tuvo altos y bajos, juntos intentamos arreglar los bajos y siempre disfrutábamos los altos.  Tu compañía me daba una seguridad enorme, una alegría que no había sentido antes, tus detalles, todo me enamoraba más cada día.
Recuerdo claramente el primer día. Llegue a casa y encontré una sorpresa tuya. Una canción estaba lista para ser reproducida, me recordaba totalmente la noche anterior, justo hablamos de ese cantautor que teníamos en común.

Nuestros gustos eran parecidos, nuestro romanticismo y locuras eran compartidas.  Vivíamos lejos, en cuanto a kilómetros hablamos, pero aun así en armonía, y sumado a el par de amigos en común, las cosas eran perfectas.  Las dos parejas felices, apoyándonos todos, juntos como hermanitos. Vivimos un amor apasionado, de esos que ya no hay.  En poco tiempo nos convertimos, el uno del otro, en la fuerza básica para seguir, el motivo por el cual nos despertábamos, eras el complemento de mi felicidad.

Ame demasiado ese lazo tan fuerte que logramos hacer en tan poco tiempo.  Cada uno podía tomar el papel de padre regañón,  o bien el de madre consentidora, nos regañábamos, bromeábamos, jugábamos, era hermoso. Tu cuidabas mis sueños y yo cuidaba los tuyos, dormía por ti, y tu dormías por mi cuando tenía que mantenerme despierta por las noches.

No hubo día, en esos pocos meses, que no recibiera un detalle de tu parte, si no era una nota, era una canción dedicada, o quizá una imagen que dijera más que mil palabras.  Soñamos juntos, nos veíamos a futuro, con nuestros gemelos y nuestra princesa, nuestro perro enorme y nuestra casa diseñada por ti.  A lo largo de estos meses aprendí mucho de ti, y tu aprendiste de  mi.

Con el paso del tiempo nos íbamos conociendo más a fondo, pros y contras salían de nosotros para ser vistos por el otro.  Los detalles no se hicieron esperar, las confesiones, los secretos más profundos guardados en el corazón fueron compartidos, entendidos y sanados día a día.

Todo era lindo, perfecto, a nuestro modo, pero las cosas comenzaron a complicarse, perdimos la chispa, el interés, lloramos la perdida del gran amor, aumento la distancia de nuestros corazones...lo intentamos, pero ya nada pudo ser igual.

Decidimos alejarnos un poco, ser amigos. Tu, encontraste un nuevo corazón que te amaba, yo, me alegraba al verte bien, pues mi cariño hacia a ti nunca se fue.