jueves, 25 de septiembre de 2014

Eterno amor

Y entonces, entre tanta gente pude verte, tu sonrisa me llamó y yo pude llegar a ti.
Llegamos a casa, esperaba sentada en la cama, me alistaba con unos toques de perfume y otros detalles, tú estabas en otra habitación, te miraba y, a pesar de todo, no podía sentir otra cosa por ti más que amor.
Abrí la puerta, te mire, me senté sobre tus piernas y te abrace. Recargaste tu cabeza en mi pecho, me abrazaste por la cintura y yo no dejaba de amarte, de acariciar tu cabello, de sentirte tan real. Te miré a los ojos, miraste los míos, y solo así, como un par de imanes se atrae, tú y yo fuimos acercandonos poco a poco. Toque tus labios y tú los míos, te bese, como jamás he besado. Te abrazaba tan fuerte y tú a mi hasta que llegamos a consumar nuestro amor. 
El tiempo pasaba lento, no queríamos que ese momento terminara jamás. Te miré a los ojos, me abrazabas, me besabas y nos recostamos los dos casi desnudos a contemplar el sonido de nuestros corazones amándose.
Poco después sacaste esa libreta donde escribías cada detalle, cada momento, y por fin, después de tanto tiempo me la mostraste, me senté sobre tus piernas, me abrazabas por la cintura y yo abrazaba tu cuello. Miré tu manera de escribir, tus detalles, y escuchaba atentamente la narración de cada uno de ellos.

¡Tú! Solo estar contigo es el motivo de mi felicidad. El mirarte, besarte, poder estar tan cerca de ti, sin duda hace a mi corazón latir rápidamente. 
Soy feliz por que tú estás aquí, conmigo. Por que después de tanto tiempo pude sentir el calor de tu piel y la humedad de tus labios, pude acariciar tu cabello negro corto, pude mirarte a los ojos tanto como yo quería, sin que el tiempo pasara. 

: Mi corazón es feliz, por que es tu morada mi eterno amor. :